Motivos para denegar custodia compartida
Los motivos para denegar la custodia compartida en un divorcio o separación con hijos será principalmente el hecho de que alguno de los padres no esté capacitado para el correcto cuidado de los niños o que la relación entre los progenitores sea tan conflictiva y difícil que se establezca una custodia monoparental paterna o materna por considerar que evitará muchos problemas y entrenamientos.
En qué casos se deniega la custodia compartida
Los casos en los que se deniega la custodia compartida serán aquellos en los que se considere que no es la mejor opción para los niños. En ocasiones los padres pueden plantear la custodia compartida como una buena opción familiar, pero no se debe de olvidar que lo importante no es que los padres salgan beneficiados sino que lo sean los hijos comunes.
La casuística es muy grande, pero no será posible ni recomendable la custodia compartida, por ejemplo, en los casos en los que los padres residan en cuidados alejadas y que por tanto dificulten que cada uno de los progenitores puedan gestionar los cuidados de los hijos en periodos alternos.
También cuando la relación entre los progenitores sea tan mala que pueda perjudicar a los hijos.
Principalmente cuando alguno de los progenitores no sea idóneo para el desarrollo de la custodia compartida por falta de tiempo, actitud o simplemente por ser peor opción en garantías para los hijos que el otro padre o madre.
Cómo conseguir la custodia compartida
La custodia compartida es preferente en España conforme jurisprudencia del Tribunal Supremo de 2013, o lo que es lo mismo, durante 8 años, lo que hace que el sistema de custodia compartida esté muy asentado, principalmente en la forma de custodia compartida por semanas alternas por considerar que es la opción más beneficiosa para los niños y que es moderada en el tiempo de duración de cada periodo de custodia, ni mucho ni poco.
Por ello lo importante es mantener una relación tendente al entendimiento entre los progenitores, evitando conflictos y tratando de darle a los hijos la importancia que merecen por encima de los intereses propios de los progenitores.