Divorcio estando embarazada antes de dar a luz

Decidir divorciarse estando embarazada antes de dar a luz es un cuestión muy compleja y delicada.

Escucha consejos antes de separarse y tomar la decisión, habla con tu pareja y sobre todo asesórate.

Para el caso de que se perfeccione un divorcio estando embarazada, después del nacimiento del hijo habría que regular un proceso de guarda y custodia (o según el criterio de algunos Juzgados, uno de modificación de medidas).

Esto hace que de pensar en tramitar un divorcio, lo más prudente sea que en caso de embarazo, de poder demorarlo, se tramite una vez que se confirme el nacimiento del hijo común y en ese caso se incluya la regulación paternofilial del hijo.

Divorcio estando embarazada antes de dar a luz
Divorcio estando embarazada

Es de todos sabido que a las embarazas las pautan vida tranquila y saludable, de manera que los sobresaltos y disgustos no son buenos ni para la madre ni para el bebé.

Es por ello que habrá que pensar ante qué situación nos encontramos.

  • Si es grave y no puede demorarse la decisión del divorcio, no quedará otra opción que cesar la convivencia y proceder al divorcio.
  • Si existe respeto y cordialidad y no existen problemas graves sí que se puede mantener la convivencia hasta el nacimiento del hijo para tomar la mejor decisión.

Todo dependerá de la situación y de la decisión que tomen ambos miembros de la pareja, lo que ya de por si sólo es complicado, pero ante un embarazo es aún más complicado y se debe de enfocar con la sensibilidad que merece.

La separación o ruptura será respecto de la vida común, pero en relación al niño común que está por nacer habrá que coordinarse y organizar su infancia y crecimiento. Por eso cuando existen hijos comunes o hijos en camino nuestra expareja no es únicamente el ex o la ex, sino que además y muy especialmente el padreo madre de nuestro hijo.

En previsión de ello, por responsabilidad, no se debe de realizar una relación ni una ruptura traumática o conflictiva. Lo que se debe es de ejercer una actitud constructiva que permita un futuro desarrollo de la corresponsabilidad parental para ofrecer el mejor ejemplo para nuestro hijo, que también será el hijo de nuestra expareja y por ello merece tener la mejor relación posible, dentro de nuestro deseo y decisión, ya sea ruptura o mantenimiento de la pareja.

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